¿Quién dijo que pintar una taza era fácil? Esta es la pregunta que les hicimos a
nuestr@salumn@s los dos sábados que realizamos el taller.
En esta ocasión el reto era pintar una taza, y la verdad es que no fue tan fácil como nos
esperábamos, pero los resultados fueron increíbles, como siempre.
Primero limpiamos bien la cerámica para que no quedaran restos de suciedad. Es muy
importante limpiar la taza, o la pieza de cerámica que estemos trabajando, para evitar que más
adelante pueda saltar la pintura.
Una vez tuvimos la taza bien limpia, toco dibujar a lápiz el diseño base para después pintarlo
con las pinturas especiales. Creo que la parte de realizar el dibujo a lápiz fue la más complicada
ya que la cerámica resbala, y al ser una superficie curva se nos complicó un poquito. Pero
la verdad es que tenemos grandes artistas entre nosotros y todos ellos salieron adelante
salvando todas las adversidades.
Los pinceles ya son otra cosa y con ellos empezó realmente la diversión. Dimos vía libre a la
creatividad, a la improvisación i las pinturas ayudaron a dar color i vida al blanco de la taza.
¡Pero no nos quedamos aquí! En Cute Martina teníamos una sorpresa preparada para
nuestros alumnos. Al acabar las tazas, pintamos los platos a juego.
¡Qué conjuntos más chulos quedaron! Podéis ver las fotos que os dejamos a continuación.
¿Os atrevéis a apuntaros a nuestro próximo taller “San Juan, una noche de Brujas”?
¡¡¡No os lo podeis perder!!!!
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